
Pasos para realizar un juicio monitorio por deudas
Publicado el 17 de julio de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 16 min
Índice
- Qué es el juicio monitorio y cuándo conviene
- Requisitos previos y documentación
- Dónde presentar y competencia
- Redacción de la petición: pasos clave
- Tasas, costas y cuantías
- Tramitación tras el requerimiento
- Oposición del deudor y siguientes fases
- Ejecución de título judicial
- Errores comunes y consejos prácticos
- Preguntas frecuentes
Qué es el juicio monitorio y cuándo conviene
El juicio monitorio por deudas es un procedimiento civil ágil diseñado para reclamar cantidades de dinero líquidas, determinadas, vencidas y exigibles cuando el acreedor dispone de documentos que acreditan la relación y la deuda. Su mayor fortaleza reside en la sencillez formal: no exige, en principio, la presencia de abogado y procurador para iniciar la reclamación por debajo de ciertos umbrales económicos y permite transformar rápidamente la deuda en un título ejecutivo si el deudor no paga ni se opone. Por ello se ha convertido en la vía preferente de pymes, autónomos, comunidades de propietarios y particulares que buscan una recuperación de impagados eficiente en coste y tiempo.
Conviene optar por el juicio monitorio cuando existen facturas, albaranes, certificaciones, recibos, reconocimientos de deuda, contratos o comunicaciones que demuestren la existencia del crédito. Es especialmente recomendable en impagos recurrentes de suministros o servicios, pequeñas morosidades en alquileres y cuotas comunitarias, o ventas con precio aplazado. Si la deuda es controvertida (por ejemplo, hay desacuerdo sobre la calidad del servicio o el saldo exacto), el monitorio puede seguir siendo útil para provocar una reacción procesal del deudor: pago, negociación o, en su caso, oposición para que el asunto pase a un procedimiento declarativo donde se debatirá con plenitud.
Ventajas clave: rapidez en la admisión, simplicidad de escritos, ahorro en costes iniciales, y la posibilidad de embargo casi inmediato si no hay oposición. La carga probatoria inicial es moderada pero debe ser suficiente para acreditar la verosimilitud de la deuda.
No obstante, no es la vía adecuada para reclamaciones que no sean de cantidad, ni para deudas ilíquidas (indeterminadas) o condicionadas. Tampoco procede cuando se pretende resolver un contrato o reclamar daños no cuantificados. En esos casos, será mejor acudir directamente al procedimiento declarativo correspondiente. En suma, el juicio monitorio por deudas es idóneo cuando el crédito está bien documentado, el importe es claro y existe una razonable expectativa de cobro.
Requisitos previos y documentación
Antes de iniciar un juicio monitorio por deudas conviene revisar que se cumplan los requisitos materiales y formales. El crédito debe ser dinerario, líquido, determinado, vencido y exigible. En la práctica, esto significa que puede expresarse en una cantidad concreta de dinero, que el plazo de pago ya ha expirado y que no depende de condiciones pendientes. Además, es imprescindible contar con documentos que justifiquen la deuda: facturas aceptadas o no impugnadas, albaranes firmados, correos electrónicos con pedidos y conformidades, contratos, presupuestos aceptados, extractos de cuenta, recibos devueltos o un reconocimiento de deuda firmado.
Aunque no siempre es obligatorio, es aconsejable realizar un requerimiento de pago previo (por ejemplo, burofax) que deje constancia de la reclamación extrajudicial y del plazo concedido para pagar. Este paso refuerza la buena fe del acreedor, puede interrumpir la prescripción y, en ocasiones, facilita acuerdos antes de acudir a los tribunales. También conviene verificar datos identificativos del deudor: nombre o razón social, NIF/CIF, domicilio a efectos de notificaciones y, si es posible, domicilios alternativos o electrónicos.
- Contrato o pedido que origina la obligación.
- Facturas, albaranes y certificaciones de servicios o entregas.
- Comunicaciones que demuestren la aceptación o no impugnación.
- Requerimiento extrajudicial de pago y prueba de su envío.
- Detalle actualizado de la deuda (principal, intereses y, si procede, penalizaciones).
Consejo práctico: prepara una hoja de cálculo con la cronología de la relación, fechas de vencimiento e importes. Adjunta como anexos los documentos ordenados y numerados; esto facilita la labor del juzgado y aumenta la solidez de tu petición.
Finalmente, revisa la prescripción aplicable al tipo de deuda y comprueba si existen cláusulas contractuales sobre jurisdicción o domicilios de notificación. Una preparación meticulosa en esta fase reduce incidencias posteriores y acelera la tramitación del monitorio.
Dónde presentar y competencia
La competencia territorial en el juicio monitorio por deudas suele depender del domicilio del deudor. Como regla general, el órgano competente será el Juzgado de Primera Instancia del lugar donde el deudor tenga su residencia. En reclamaciones de comunidades de propietarios, es habitual la competencia del lugar donde se sitúa la finca. También pueden existir pactos de sumisión expresa en el contrato que, si son válidos, determinan el juzgado competente. Elegir correctamente el órgano evita inadmisiones o remisiones que retrasan el cobro.
El escrito de petición se presenta en la Oficina Judicial correspondiente, de forma física o telemática a través de la plataforma de presentación de escritos cuando el uso de medios electrónicos es obligatorio o recomendable. Para personas jurídicas y profesionales, la vía telemática ofrece mayor trazabilidad y agiliza las notificaciones. Antes de presentar, revisa si el juzgado requiere modelos propios o formatos de anexos, pues algunas sedes recomiendan plantillas estandarizadas que ayudan a uniformar la admisión.
- Identifica con precisión el domicilio del deudor para notificar el requerimiento.
- Verifica si existen domicilios alternativos: social, fiscal o contractual.
- Comprueba la posible sumisión expresa y su validez legal.
Tip operativo: cuando hay dudas sobre el paradero del deudor, recopila previamente información de contacto adicional (direcciones anteriores, centros de trabajo, administrador de la sociedad). Cuantos más datos proporciones, más fácil será practicar el requerimiento de pago.
Si el juzgado aprecia falta de competencia, dictará resolución remitiendo las actuaciones al órgano que considere competente. Este trámite alarga el proceso, por lo que merece la pena invertir tiempo en la elección correcta del destino inicial.
Redacción de la petición: pasos clave
La solicitud de juicio monitorio por deudas debe ser clara, concisa y autosuficiente. Empieza identificando a las partes (acreedor y deudor) con todos sus datos y expón un relato de hechos breve que describa el origen del crédito: contrato, suministro, servicios, arrendamiento, cuota comunitaria, etc. Indica las fechas relevantes (contratación, vencimiento, reclamaciones previas) y el importe exacto reclamado, desglosando el principal e intereses si se solicitan. Adjunta una relación de documentos numerados que respalden cada afirmación y aporta copia legible de todos ellos.
En el petitum, solicita que se requiera de pago al deudor por la suma reclamada, intereses y costas si proceden, advirtiéndole de que, de no pagar ni oponerse en plazo, se despachará ejecución directamente. Si conoces cuentas bancarias, bienes o terceros pagadores, puedes anticiparlo para una eventual fase ejecutiva. Evita juicios de valor innecesarios o reproches que no aporten información: el monitorio premia la precisión documental y la estructura ordenada.
- Título del crédito y cuantía exacta.
- Fechas de vencimiento y mora.
- Base documental indexada (facturas, albaranes, correos, contrato).
- Intereses de demora (convencionales o legales) y desde cuándo se devengan.
- Solicitud expresa de costas en caso de oposición infundada.
Estructura ganadora: encabezado con datos, hechos numerados, anexos ordenados y petición final concreta. Usar tablas para cronología de facturas mejora la comprensión y reduce requerimientos del juzgado.
Finalmente, firma y fecha la petición. Si actúas con abogado y procurador, adjunta poderes o apoderamiento apud acta según el caso. Cuanta más coherencia interna presente el escrito, más fluida será la admisión y el posterior requerimiento al deudor.
Tasas, costas y cuantías
Uno de los atractivos del juicio monitorio por deudas es su bajo coste inicial, especialmente para personas físicas y pequeñas empresas. Dependiendo del territorio y del perfil del reclamante, puede no existir tasa judicial o ser reducida. Aun así, conviene prever posibles gastos: copias, certificaciones, burofax, desplazamientos y, si decides profesionalizar la reclamación, honorarios de abogado y procurador. Considera estos importes como inversión en probabilidad de cobro: una petición bien construida incrementa la presión legítima sobre el deudor y agiliza el resultado.
Respecto a las costas, si el deudor se opone y finalmente es vencido en el procedimiento declarativo, lo normal es que sea condenado a pagarlas, lo que incluye honorarios profesionales dentro de los límites de tasación. En cambio, si no hay oposición y se despacha ejecución por falta de pago, los gastos de esta fase se añaden a la cantidad a embargar y suelen recuperarse del deudor. Es importante calcular también los intereses de demora, ya sean pactados en contrato o, en su defecto, legales, pues su acumulación puede compensar parcialmente el tiempo de tramitación.
- Presupuesta honorarios escalonados según cuantía.
- Incluye en el cálculo intereses devengados y cláusulas penales si son válidas.
- Guarda justificantes de todos los gastos para su eventual inclusión como costas.
Regla estratégica: para importes medianos o altos, profesionaliza el monitorio desde el inicio; para deudas menores, valora iniciar por tu cuenta y contratar apoyo si surgen incidencias o oposición.
Ajustar expectativas económicas desde el principio evita sorpresas. Un buen análisis de cuantías, tasas y costas ayuda a decidir si merece la pena impulsar la reclamación o explorar acuerdos extrajudiciales.
Tramitación tras el requerimiento
Una vez admitida la petición, el juzgado dicta providencia y requiere de pago al deudor, remitiéndole copia de la solicitud y documentos. Desde la notificación, el deudor dispone de un plazo legal para actuar: pagar íntegramente, oponerse de forma motivada o permanecer inactivo. La correcta práctica de la notificación es crucial: si el deudor no puede ser localizado, se intentarán domicilios alternativos y, de ser preciso, edictos. Por ello, aportar desde el inicio direcciones y contactos adicionales acorta tiempos y reduce incidencias.
Si el deudor paga, el procedimiento concluye con el archivo. Si no paga ni se opone, el órgano judicial dictará decreto que permite al acreedor solicitar la ejecución inmediata por el principal, intereses y costas. En cambio, si el deudor presenta escrito de oposición, el monitorio se transforma en el procedimiento declarativo que corresponda por cuantía (verbal u ordinario), donde se abrirá la fase probatoria y eventualmente juicio.
- Pago voluntario: archivo y satisfacción del crédito.
- Silencio del deudor: despacho de ejecución a petición del acreedor.
- Oposición motivada: pase a verbal u ordinario con debate de fondo.
Punto crítico: conserva acreditación de todas las notificaciones y de los plazos. Si el deudor intenta dilaciones, una buena documentación permitirá solicitar medidas ágiles en ejecución.
En definitiva, el requerimiento es el punto de inflexión: o el deudor se aviene a pagar o se encamina el asunto hacia la coerción mediante embargo o al debate en sede declarativa. Prepararse para ambos escenarios es la clave.
Oposición del deudor y siguientes fases
La oposición en el juicio monitorio por deudas requiere que el deudor presente un escrito en el que, sucintamente, niegue la deuda o exponga las razones por las que no debe la cantidad reclamada, aportando la documentación de que disponga. Con esta simple actuación, el proceso deja de ser sumario y se transforma en un procedimiento declarativo: verbal si la cuantía no supera un determinado umbral, u ordinario si lo excede. Desde ese momento, se abre el cauce para la práctica de prueba (documental, testifical, pericial) y la celebración de vista o juicio, donde ambas partes defenderán sus posiciones con plenitud.
Para el acreedor, la oposición no es una derrota, sino un cambio de campo de juego. Debe revisar su estrategia probatoria, reforzar la cadena documental y preparar los testimonios o informes necesarios para acreditar la existencia del crédito y su exigibilidad. Si la relación subyacente es compleja (servicios técnicos, obras, suministros con incidencias), puede ser útil aportar peritajes o certificaciones de conformidad. La claridad del relato, el orden en los anexos y la coherencia entre facturas y entregas son determinantes.
- Analiza la oposición y detecta contradicciones o falta de prueba.
- Amplía la base documental con todo lo que no cupo en el monitorio.
- Valora transacción: la oposición a veces abre puertas a acuerdos razonables.
Estrategia: en verbales, la agilidad manda: simplifica el discurso, prepara una “línea del tiempo” y lleva originales esenciales. En ordinarios, planifica con más detalle la pericial y la interrogación de parte.
Si al final del declarativo se dicta sentencia estimatoria, esta será el nuevo título ejecutivo, con imposición de costas al deudor vencido. Si la sentencia es desestimatoria, el asunto se archiva, salvo recursos. En todo caso, la oposición es un bifurcador procesal que exige preparación y flexibilidad.
Ejecución de título judicial
Cuando el deudor no paga ni se opone, el decreto que dicta el juzgado tras el monitorio permite solicitar la ejecución directamente. En ese escrito ejecutivo, el acreedor debe concretar la cantidad actualizada (principal, intereses y costas), proponer medidas de averiguación patrimonial y, si dispone de datos, señalar bienes embargables: cuentas, salarios, vehículos, inmuebles, créditos frente a terceros o derechos en plataformas de pago. La eficacia de esta fase depende de la información que aportes: cuanto más precisa sea la localización de activos, más rápido será el embargo y la satisfacción del crédito.
La Oficina Judicial puede librar oficios a registros y organismos para localizar patrimonio, practicar embargos y ordenar retenciones en cuentas o nóminas dentro de los límites legales. A posteriori, se adjudican bienes o se celebran subastas para transformar el embargo en efectivo. Ten en cuenta que los intereses de mora continúan devengándose hasta el pago completo, por lo que actualizar la liquidación periódicamente ayuda a no perder cuantías.
- Aporta IBAN o entidades donde sospeches que el deudor opera.
- Identifica empleador o clientes relevantes para retenciones.
- Indica matrículas, referencias catastrales o datos de bienes inscritos.
Clave táctica: solicita desde el inicio la averiguación patrimonial integral y el embargo preventivo si hay riesgo de ocultación de bienes. La coordinación con profesionales acelera resultados.
La fase ejecutiva es la culminación práctica del juicio monitorio por deudas: convierte el reconocimiento judicial en cobro real. La persistencia y la información de calidad son tus mejores aliados.
Errores comunes y consejos prácticos
Muchos monitorios fracasan por fallos evitables. El primero es presentar una deuda mal documentada: facturas sin referencia al contrato, albaranes sin firma, correos ambiguos o ausencia de prueba de la prestación. El segundo error es reclamar importes inexactos, ya sea por incluir conceptos no exigibles o por no actualizar intereses y vencimientos. Un tercero habitual consiste en señalar un domicilio obsoleto del deudor, lo que genera múltiples intentos de notificación y demoras innecesarias. También es frecuente olvidar la petición de costas o no adjuntar el requerimiento extrajudicial, privándose de un elemento de presión legítima.
Para maximizar tus opciones, estructúrate como si fueses a juicio oral desde el primer día: orden cronológico de documentos, índice de anexos, cuadro de importes por factura y vencimiento, y un relato de hechos consistente. Mantén un tono profesional; el juzgado necesita datos, no opiniones. Si el deudor es persona jurídica, identifica a su representante y verifica su domicilio social actualizado en registros. En comunidades de propietarios, adjunta certificación de la deuda aprobada por la junta y desglosa cuotas, intereses y derramas.
- Confirma la cuantía exacta y su cálculo: principal, intereses y penalizaciones válidas.
- Aporta prueba de entrega o prestación: albaranes, partes de trabajo, correos.
- Incluye domicilios alternativos para agilizar el requerimiento.
- Guarda y adjunta el burofax o comunicación previa de pago.
- Solicita costas y ejecución inmediata en caso de inacción.
Checklist final: deuda líquida y exigible, documentación sólida, suma exacta, domicilios verificados, estrategia para oposición y plan de ejecución. Con estos pilares, tu monitorio ganará eficacia real.
En síntesis, evita improvisaciones y apuesta por la preparación metódica. El monitorio premia la claridad y penaliza la ambigüedad.
Preguntas frecuentes
¿Necesito abogado y procurador para iniciar el monitorio? Para cantidades más bajas, no es obligatorio al presentar la petición, aunque sí puede ser recomendable para reforzar la estrategia y evitar errores. Si hay oposición o se pasa a ejecución compleja, la intervención profesional resulta muy útil y en ocasiones necesaria.
¿Qué pasa si el deudor no recoge la notificación? El juzgado intentará la notificación en domicilios alternativos y, en su caso, por edictos. Aportar datos adicionales al inicio acelera el trámite y evita que el procedimiento se estanque.
¿Cuánto tarda un juicio monitorio por deudas? Depende de la carga del juzgado y de la facilidad para notificar. Sin oposición y con buena localización del deudor, puede resolverse con relativa rapidez. Con oposición, pasará a declarativo y los plazos se alargan.
¿Puedo reclamar intereses y costas? Sí. Puedes solicitar intereses contractuales (si existen y son válidos) o, en su defecto, legales desde el vencimiento, además de costas en caso de oposición o en ejecución.
¿Y si la deuda es discutida por defectos del servicio? El monitorio puede presentarse igualmente para activar la reacción procesal. Si el deudor se opone, el asunto se debatirá en el declarativo con plena prueba. Valora complementar la documentación con pericial o certificaciones.
Recuerda: el éxito del juicio monitorio por deudas se basa en documentación ordenada, una petición precisa y una estrategia preparada para la oposición y la ejecución.