Cómo denunciar a una empresa de recobro agresiva

Cómo denunciar a una empresa de recobro agresiva

Publicado el 07 de octubre de 2025


📖 Tiempo estimado de lectura: 10 min

Qué es recobro agresivo y cuándo es ilegal

Denunciar a una empresa de recobro agresiva empieza por identificar con precisión las conductas que traspasan la línea de la simple reclamación de una deuda. El recobro agresivo no es un estilo “enérgico”: implica prácticas que vulneran derechos fundamentales o normativas de consumo y protección de datos. Hablamos, por ejemplo, de llamadas insistentes a horas intempestivas, contactos a familiares o a la empresa en la que trabajas sin base legítima, amenazas veladas de embargos inminentes, mensajes intimidatorios o humillantes, y difusión de datos personales innecesarios para presionar el pago. Estas actuaciones, además de ser éticamente reprobables, pueden constituir infracciones administrativas e incluso delitos si comportan coacciones, amenazas o trato degradante.

Es clave diferenciar entre el derecho legítimo del acreedor a reclamar y el acoso. La empresa puede informarte de la deuda, proponer planes de pago o enviar recordatorios razonables. Sin embargo, cuando la presión se convierte en insistencia reiterada, cuando se utilizan canales que tú no has autorizado, o cuando se comunica la supuesta deuda a terceros sin fundamento, esa conducta puede ser ilícita. Además, muchas agencias de recobro actúan por encargo y deben respetar las mismas obligaciones legales que el acreedor original: informar con veracidad, tratar tus datos conforme al RGPD, y limitarse a medios proporcionales. La falta de contrato, la deuda controvertida o prescrita, y el uso de amenazas son señales de alarma típicas.

Claves rápidas: identifica horarios de llamada, tono y contenido; verifica si han contactado a terceros; comprueba si informan de la base legal del tratamiento; y guarda todo. Si el objetivo es intimidarte y no informar, estás ante recobro agresivo y puedes actuar.

Cómo reunir pruebas y documentar el acoso

La diferencia entre una queja y una denuncia eficaz suele estar en la calidad de las pruebas. Desde el primer indicio de recobro agresivo, crea un diario de incidencias con fecha y hora de cada llamada o mensaje, número emisor, duración, nombre del agente y resumen del contenido. Conserva SMS, correos y capturas de pantalla. Descarga registros de llamadas de tu operadora si es posible. Si te llaman al trabajo o a familiares, pídeles que anoten detalles y, en su caso, que firmen un breve testimonio. Este rastro cronológico será la columna vertebral de tu reclamación.

En España, puedes grabar las llamadas en las que participas sin avisar a la otra parte, siempre que no difundas la conversación y la uses para tu defensa. Utiliza apps que generen archivos con fecha/hora y guarda copias en la nube. Si te envían documentos dudosos (cartas con logos que se asemejan a organismos públicos, “preembargos” inexistentes), consérvalos y anota cómo llegaron a ti. Cuando la deuda sea discutida, adjunta recibos, extractos o contratos que acrediten pagos, prescripción o errores de identidad. Si el número que te acosa es oculto o cambia constantemente, recoge también esos detalles: demuestran intención de eludir el control.

Checklist de evidencias: registro de llamadas, grabaciones propias, mensajes (SMS/WhatsApp/email), cartas/burofax, testigos, capturas con fecha, contratos y justificantes de pago. Ordena todo por fechas y rotula archivos para que el expediente sea claro.

Pasos inmediatos para frenar el recobro agresivo

Si la presión es diaria, primero corta el flujo y deja rastro documental. Envía una carta de cese (preferentemente por burofax con certificación de contenido) exigiendo que cesen las comunicaciones no consentidas, que se contacten solo por escrito a un canal determinado y que acrediten por escrito la base de la deuda y del tratamiento de tus datos. En paralelo, ejerce el derecho de oposición y, si procede, limitación y supresión ante el Delegado de Protección de Datos (DPO) de la empresa. Esto obliga a la entidad a responder en plazos y, si no lo hace o persiste el acoso, abre la puerta a denunciar ante la AEPD.

Activa también medidas preventivas: inscribe tus líneas en la lista Robinson para bloquear comunicaciones comerciales (no solventa todo el recobro, pero refuerza tu postura frente a llamadas de marketing encubiertas). Bloquea números reiterativos y solicita por escrito que se limiten los horarios de contacto. Si la deuda se disputa, requiere una verificación documental de la misma: contrato original, extracto detallado, cesión de crédito si la hay. No aceptes presiones para facilitar datos adicionales por teléfono. Mantén una comunicación asertiva: indica que todas las gestiones se canalicen por escrito y recuerda que grabas la llamada para tu seguridad jurídica. Estas acciones reducen el impacto inmediato y crean base probatoria para denunciar a la empresa de recobro agresiva.

  • Envía burofax de cese y exige comunicación solo por escrito.
  • Ejercita oposición/limitación/supresión ante el DPO.
  • Inscríbete en lista Robinson y bloquea números.
  • Solicita verificación documental de la deuda por escrito.

Reclamación a la empresa y al DPO (modelo guiado)

Antes (o además) de denunciar a una empresa de recobro agresiva ante organismos públicos, formula una reclamación interna bien estructurada. Dirígela al servicio de atención al cliente y, específicamente, al Delegado de Protección de Datos. Indica: tus datos identificativos; el canal de respuesta preferido; un relato ordenado con fechas, números emisores, contenidos y la indicación de que dispones de pruebas (sin adjuntar todo en esta fase si prefieres no hacerlo); la base de tu oposición; y la advertencia de que remitirás expediente a Consumo y a la AEPD en caso de persistencia. Exige reconocimiento de recepción y número de incidencia.

Estructura sugerida: (1) Encabezado con datos y referencia “Reclamación por recobro agresivo y ejercicio de derechos RGPD”. (2) Hechos: 5–10 líneas con cronología esencial. (3) Fundamentos: invoca el derecho a no ser acosado, la prohibición de prácticas agresivas y los artículos RGPD (oposición, limitación, supresión) aplicables. (4) Petición: cese inmediato de contactos no consentidos, comunicaciones exclusivamente por escrito, acreditación documental de la deuda y confirmación de bloqueo de tus números. (5) Advertencias: si no responden en plazo o persiste la conducta, presentarás denuncia ante AEPD y OMIC/Consumo y valorarás acciones judiciales por daños y coacciones.

Tip de entrega: usa burofax con certificación de contenido o correo electrónico con firma y acuse de recibo. Conserva capturas del envío y recepción. Un expediente interno sólido refuerza tu posición ante la administración y los tribunales.

Vías administrativas: AEPD, Consumo y otros organismos

Si tras tu reclamación continúa el hostigamiento, procede escalar. La AEPD (Agencia Española de Protección de Datos) es competente cuando hay uso ilegítimo de tus datos: llamadas sin base legal, cesión a terceros, ausencia de información, negativa a atender derechos de oposición o supresión, o conservación excesiva. Presenta denuncia aportando tu expediente: reclamación al DPO, respuestas (o su ausencia), registros de llamadas y muestras de mensajes. La AEPD puede requerir a la empresa y sancionarla si aprecia infracción.

En paralelo, acude a Consumo/OMIC de tu comunidad o ayuntamiento por prácticas agresivas o desleales. Allí tramitarán tu reclamación, intentarán mediación y, en su caso, sanción administrativa. Si el presunto acreedor es un banco o financiera, añade queja ante el Servicio de Atención al Cliente de la entidad y, si no te satisfacen, ante el Banco de España (cuando sea de su competencia). Si hay comunicaciones engañosas por medios electrónicos, valora notificar a la autoridad competente en materia de comunicaciones comerciales.

  • AEPD: uso indebido de datos y desatención de derechos.
  • Consumo/OMIC: prácticas agresivas, engañosas y acoso comercial.
  • Banco de España: cuando intervienen entidades financieras y sus gestores.

Vía judicial: coacciones, amenazas y daños

Cuando el recobro agresivo traspasa lo administrativo o persiste pese a tus reclamaciones, puedes valorar la vía judicial. En lo civil, cabe una demanda de tutela de derechos frente a intromisiones ilegítimas (honor, intimidad) y reclamación de daños y perjuicios por el acoso, así como medidas cautelares (por ejemplo, prohibición de contacto telefónico). En lo penal, si hay coacciones (obligarte a pagar con violencia o intimidación), amenazas serias o acoso continuado, se puede interponer denuncia. Es esencial que el relato esté respaldado por evidencias: grabaciones, testigos, burofax, informes médicos si hubo afectación psicológica, y cualquier comunicación intimidatoria.

Valora con asesoría legal la prescripción de la deuda; si está prescrita, cualquier presión para pagar puede constituir práctica desleal. Si además han difundido a terceros tu deuda (familiares, empresa), podrías reclamar por intromisión en el honor. En el caso de falsos embargos o documentos que simulan autoridad pública, se añadiría el componente de estafa o suplantación. La estrategia ideal suele combinar la queja administrativa (AEPD/Consumo) con acciones civiles o penales si el caso es grave. Documenta gastos derivados (cambios de número, consultas, baja de servicios) y el impacto en tu vida diaria; serán útiles para cuantificar el daño.

Consejo práctico: no negocies por teléfono bajo presión. Exige propuestas por escrito y, si aceptas un plan de pagos, que recoja la renuncia a prácticas agresivas, la rectificación de ficheros y el respeto a tu privacidad.

Modelos y plantillas útiles

Contar con textos claros acelera la reacción frente al recobro agresivo. A continuación tienes una guía para redactar tres comunicaciones básicas: carta/burofax de cese, ejercicio de derechos RGPD y reclamación a Consumo/AEPD. Adapta los datos y mantén un tono firme, profesional y respetuoso. Recuerda adjuntar, cuando sea necesario, copia de tu DNI, referencias del expediente y relación de pruebas disponibles.

  • Carta de cese: identifica a la empresa y tu referencia; expón de forma cronológica las llamadas/mensajes; declara tu oposición a futuros contactos telefónicos o a terceros; exige comunicación solo por escrito; solicita prueba documental de la deuda; advierte de acciones ante AEPD/Consumo y, en su caso, juzgados.
  • Ejercicio de derechos RGPD: pide acceso (origen de datos, finalidad y base legal), oposición, limitación del tratamiento y, si procede, supresión; solicita bloqueo inmediato del número y cese de llamadas; fija un canal único de respuesta; exige acuse y resolución en plazo.
  • Reclamación administrativa: resume hechos y adjunta pruebas clave; añade copia de la carta al DPO y su respuesta (o silencio); solicita apertura de expediente sancionador y medidas correctoras.

Estructura universal: encabezado con datos; hechos; fundamentos; peticiones concretas y verificables; advertencias proporcionales; firma y fecha. Usa siempre medios que generen constancia (burofax o email con acuse).

Errores comunes y cómo evitarlos

El estrés del acoso telefónico lleva a cometer fallos que debilitan la denuncia a una empresa de recobro agresiva. El primero es no guardar pruebas: borrar mensajes, no anotar horarios o no grabar llamadas. El segundo, ceder a verificar datos sensibles por teléfono; muchas agencias buscan ampliar tu perfil para presionarte mejor. Tercero, discutir sin rumbo con el agente: las conversaciones largas sin acuerdos solo multiplican llamadas. Cuarto, no escalar a DPO/AEPD/Consumo tras una primera queja ignorada. Quinto, no cuestionar la deuda (importe, titularidad, prescripción) y asumir que todo lo que dicen es cierto.

Para evitarlos, establece un protocolo personal: toda llamada será breve, informada y grabada; toda gestión, por escrito; toda prueba, archivada. Nunca aceptes “acuerdos inmediatos” sin documento; exige siempre propuestas firmadas. Si te llaman a horas indebidas, dilo en la llamada y deja constancia en tu registro. Si contactan a tu familia o trabajo, comunícalo por escrito y eleva de inmediato al DPO y a la AEPD. Mantén la calma: la firmeza educada y la constancia probatoria son tus mejores aliados. Y no olvides pedir ayuda profesional si el acoso impacta tu salud o tu actividad laboral.

Evita también: amenazas contra-agresivas, publicar en redes datos de agentes o de la empresa y difundir grabaciones. Proteger tu caso es tan importante como demostrarlo.

Preguntas frecuentes

¿Puedo grabar las llamadas para usarlas como prueba? Sí, si participas en la conversación. No necesitas permiso del otro interlocutor para grabar y aportarlas en tu defensa. Evita difundirlas públicamente y consérvalas íntegras.

¿Qué hacer si llaman a mi trabajo o a familiares? Solicita cese inmediato por escrito, invocando tu derecho a la privacidad y la prohibición de comunicar datos a terceros. Documenta quién, cuándo y cómo contactaron, y adjunta esa prueba en tu denuncia.

¿Y si la deuda no es mía o está prescrita? Requiere verificación documental: contrato, cesión de crédito, extracto. Si no es tu deuda, pide supresión de tus datos. Si está prescrita, indícalo y reclama cese; insistir podría ser práctica desleal.

¿La lista Robinson me protege de estas llamadas? Es útil para comunicaciones comerciales y refuerza tu oposición, pero el recobro no siempre es marketing. Aun así, su inscripción fortalece tu postura ante contactos injustificados.

¿Cuándo debo ir a la vía penal? Si hay amenazas serias, coacciones, insultos graves o hostigamiento continuado con afectación real, valora denunciar. Lleva un expediente sólido con grabaciones, registro de llamadas y comunicaciones escritas.

Si necesitas apoyo, recopila tu documentación y busca asesoría especializada para definir la mejor estrategia: administrativa, civil y, si procede, penal. La clave es actuar rápido, por escrito y con pruebas.

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