Me han estafado por internet, ¿qué hago?

Me han estafado por internet, ¿qué hago?

Publicado el 25 de julio de 2025


📖 Tiempo estimado de lectura: 15 min

Primeras acciones: cómo contener el daño

Si sospechas que has sido víctima de una estafa por internet, el tiempo es clave. Las primeras horas marcan la diferencia entre contener el daño y permitir que los estafadores multipliquen su alcance. Empieza por desconectar el dispositivo afectado si crees que has instalado software malicioso o has introducido tus credenciales en una web falsa. Acto seguido, cambia las contraseñas de tus cuentas críticas (correo, banca online, redes sociales y servicios de pago) en un dispositivo seguro, preferiblemente diferente. Usa contraseñas únicas y robustas con autenticación de dos factores (2FA) siempre que sea posible.

A continuación, revisa movimientos bancarios recientes y activa alertas de seguridad en tu banco o fintech. Si hay cargos no reconocidos, anótalos con fecha, hora y concepto. Paralelamente, guarda capturas de pantalla de chats, correos, anuncios, URL y perfiles implicados. No borres mensajes, incluso si generan frustración; serán pruebas valiosas. En servicios como PayPal, tu banco o la plataforma de la compra, inicia el proceso de disputa cuanto antes. Muchos proveedores establecen ventanas de tiempo estrictas para abrir reclamaciones.

Prioriza en este orden:

  • Bloquea o congela tarjetas y métodos de pago comprometidos.
  • Cambia contraseñas y activa 2FA en correo y banca.
  • Reúne y guarda pruebas (capturas, enlaces, recibos).
  • Abre disputas y notifica a tu banco/plataforma.

Mantén la calma y evita confrontar al estafador; en la mayoría de los casos, prolongar el contacto solo sirve para obtener más información sensible. En su lugar, centraliza todas tus actuaciones en un pequeño “dossier” con cronología: qué pasó, cuándo, dónde y con quién te comunicaste. Este registro te permitirá ser más preciso al denunciar y reclamar, y aumentará las posibilidades de recuperar tu dinero o minimizar pérdidas.

Reunir pruebas digitales de la estafa

Las pruebas digitales sustentan tu versión de los hechos y facilitan la labor de bancos, plataformas y autoridades. Empieza por capturar pantallas completas de las conversaciones (WhatsApp, Telegram, redes), correos, anuncios y comprobantes de pago. Incluye la fecha y el identificador del perfil o número de teléfono. Descarga mensajes en formato exportado cuando la plataforma lo permita; conservar metadatos puede ser determinante. Si compraste en un marketplace o web, guarda la URL exacta, condiciones de venta, política de devoluciones y el perfil del vendedor con su historial.

Reúne justificantes financieros: extractos bancarios, confirmaciones de transferencia, recibos de tarjeta, ID de transacción y cualquier comunicación con soporte. Si se trata de phishing, conserva el correo original con cabeceras o el SMS con el remitente y el enlace. Evita reenviar o manipular archivos más de lo necesario para no alterar metadatos; duplica y guarda copias inmutables en la nube y en un USB.

Lista de verificación de evidencias:

  • Capturas con fecha y datos de contacto visibles.
  • URLs completas y comprobantes de pago con ID.
  • Exportes de chats/correos y cabeceras de email.
  • Datos del vendedor/perfil y condiciones de la oferta.

Organiza todo en carpetas con nombres claros (por ejemplo: “01_conversaciones”, “02_pagos”, “03_plataforma”, “04_banco”, “05_denuncia”). Añade un documento resumen con la cronología: primer contacto, condiciones ofrecidas, pago, incumplimiento y reacciones posteriores. Este orden facilitará a soporte y a tu asesor legal comprender el caso, reducir tiempos y evitar que se te escape algún dato. Recuerda: cuanto más trazable sea el rastro digital, más posibilidades tendrás de revertir la estafa por internet o de lograr una resolución favorable.

Bloquear y reclamar pagos: banco y pasarelas

Actuar rápido con los pagos es esencial. Si tu tarjeta fue comprometida, solicita el bloqueo inmediato y pide una nueva. Para transferencias bancarias, contacta con tu entidad y pide, si es posible, la anulación o rastreo del pago. Aunque no siempre se puede revertir, iniciar una alerta temprana aumenta las opciones. Si el cargo es con tarjeta, pregunta por el proceso de contracargo (chargeback), indicando que se trata de un fraude o mercancía/servicio no entregado. Aporta pruebas: comunicaciones, comprobantes y capturas de la oferta.

En pasarelas como PayPal u otras, abre una disputa desde la sección de actividades, seleccionando el motivo adecuado. Respeta los plazos de la plataforma para escalar el caso a reclamación. Describe el problema con detalle, añade evidencias y responde con rapidez a solicitudes de información. En compras en marketplaces, utiliza su sistema de protección al comprador. Si pagaste por Bizum, escribe de inmediato a tu banco con la referencia del envío; algunos casos de fraude pueden tratarse internamente, sobre todo si el receptor está también en la misma red bancaria.

Consejos prácticos:

  • Guarda el número de incidencia de tu banco y de la pasarela.
  • Envía la documentación en un único PDF con índice para agilizar.
  • Insiste con educación: pregunta por escalados y departamentos antifraude.
  • Si te ofrecen un “gesto comercial”, valora aceptarlo sin renunciar a denunciar.

Cada institución tiene políticas distintas, pero el patrón es similar: demostrar que actuaste de buena fe y que hubo engaño. Mantén comunicación por escrito para dejar constancia. Si la entidad rechaza la reclamación y crees que tienes base, solicita la resolución por escrito y considera elevarla a organismos de consumo o al defensor del cliente financiero correspondiente. Documentar con precisión te dará una ventaja clara a la hora de reclamar y recuperar tu dinero.

Denunciar ante autoridades y vías legales

Denunciar formalmente la estafa por internet no solo ayuda a tu caso particular; también contribuye a frenar a los estafadores y a que las plataformas adopten medidas. Prepara tu dossier con cronología, pruebas y datos identificativos (números, emails, perfiles, IBAN, referencias de pago). Expón de forma clara la promesa recibida, el pago realizado, lo no entregado y cualquier maniobra de engaño. Si el perjuicio económico es notable o hay suplantación de identidad, recalca el riesgo y la urgencia.

Paralelamente, valora la vía civil o de consumo para recuperar importes, especialmente cuando existe proveedor o empresa identificable. Si la oferta se presentó en una web con aviso legal, comprueba su razón social y domicilio para dirigir reclamaciones extrajudiciales. En casos con datos personales expuestos, notifica al organismo de protección de datos según proceda. La coordinación entre denuncia penal, reclamación financiera y queja ante organismos de consumo refuerza tu posición.

Para tu escrito de denuncia:

  • Identificación completa y medios de contacto.
  • Relato cronológico, claro y sin lagunas.
  • Relación de pruebas adjuntas (numeradas y descritas).
  • Perjuicio económico y efectos adicionales (daño reputacional, acceso a cuentas).

Aunque el proceso pueda parecer largo, dejar constancia ante las autoridades es una de las mejores herramientas para disuadir y, en su caso, facilitar futuras diligencias. Evita improvisar: la precisión y el orden de la información aumentan la eficacia de la denuncia y mejoran la trazabilidad de los hechos.

Contactar con plataformas y proveedores

Si la estafa se cometió a través de una plataforma (marketplace, red social, app de mensajería o portal de anuncios), utiliza sus canales oficiales de soporte. Busca formularios de reporte de fraude o suplantación, y adjunta las evidencias con un relato breve. Incluye el enlace directo al anuncio o perfil, ID de transacción, capturas de la conversación y los plazos prometidos por el vendedor. Solicita expresamente la congelación del perfil y la retirada del contenido fraudulento.

En tiendas online, revisa la política de devoluciones, garantías y protección al comprador. Si la web aparenta ser legítima pero dudosa, verifica el dominio, la presencia de sello de confianza y datos de contacto. Cuando el proveedor es internacional, comprueba si dispone de oficina o mediadores locales. Mantén siempre el trato por canales oficiales; evita comunicaciones por números privados o correos improvisados, que suelen usarse para presionar o confundir.

Buenas prácticas con soporte:

  • Describe el fraude en 5–8 líneas y anexa un PDF con pruebas.
  • Pide confirmación de recepción y número de ticket.
  • Pregunta por tiempos estimados y siguientes pasos.
  • Evita adjuntos pesados: usa enlaces a nube con permisos de solo lectura.

Cuanto más claro y ordenado presentes tu caso, más opciones tendrás de que la plataforma actúe a tu favor. Si recibes respuestas automáticas, insiste con cortesía y solicita escalado a un especialista antifraude. Documentar cada interacción te ayudará si más adelante necesitas demostrar que actuaste diligentemente.

Recuperación del dinero: opciones y plazos

Recuperar el dinero tras una estafa por internet depende del medio de pago, la rapidez de reacción y las políticas de cada entidad. Con tarjeta, el contracargo es la vía principal: se argumenta el fraude o el incumplimiento. Aporta un relato claro, las comunicaciones con el vendedor y la evidencia de que solicitaste el reembolso. En transferencias, las opciones son más limitadas, pero algunas entidades intentan bloquear el abono en la cuenta receptora si actúas enseguida.

Con pasarelas de pago, las disputas siguen flujos definidos con tiempos estrictos (por ejemplo, abrir disputa en un plazo breve y luego escalar). En compras en marketplaces, la protección al comprador suele ofrecer reembolsos cuando se demuestra que el artículo no llegó o no coincide con lo prometido. Si el proveedor incumple, un laudo de la plataforma suele ser ejecutable dentro de su ecosistema, lo que agiliza el reembolso.

Estrategia recomendada:

  • Actúa en 24–48 horas: abre disputa y notifica al banco.
  • Centraliza la evidencia en un único archivo organizado.
  • Si te deniegan, solicita resolución motivada por escrito.
  • Valora mediación de consumo o reclamación formal posterior.

Los plazos varían: un contracargo puede tardar varias semanas; una disputa en plataforma, de días a un mes, según la colaboración del vendedor. Mantén expectativas realistas y no renuncies a las vías paralelas (denuncia, consumo). Incluso si el reembolso no es íntegro, es posible reducir la pérdida demostrando tu diligencia y la existencia de engaño.

Proteger identidad y cuentas tras la estafa

Además del dinero, una estafa por internet puede comprometer identidad y privacidad. Cambia inmediatamente las contraseñas, empezando por el correo principal (es la llave del resto de servicios). Activa 2FA con aplicaciones de autenticación, no por SMS si puedes evitarlo. Revisa dispositivos conectados a tus cuentas y revoca sesiones desconocidas. Comprueba el reenvío automático de emails y los filtros creados sin tu permiso; son tácticas comunes para esconder notificaciones importantes.

Si entregaste documentos (DNI, pasaporte, justificantes), vigila movimientos financieros y considera activar alertas de nuevas contrataciones a tu nombre. Revisa permisos de apps conectadas a Google, Apple o Facebook e invalida accesos dudosos. En redes sociales, cambia preguntas de seguridad y elimina números o correos secundarios que no controles. Si tu ordenador o móvil pudieron infectarse, analiza el sistema con software confiable o solicita ayuda técnica para una limpieza completa.

Higiene digital esencial:

  • Gestor de contraseñas con claves únicas y largas.
  • 2FA en banca, correo, redes y plataformas de pago.
  • Copias de seguridad periódicas y cifradas.
  • Actualizaciones del sistema y apps al día.

Proteger tu identidad no termina hoy: mantén vigilancia activa durante algunas semanas. Activa alertas en el banco y revisa notificaciones inusuales de inicio de sesión. Ante cualquier señal de acceso no autorizado, vuelve a rotar contraseñas y documenta el incidente para futuras gestiones.

Cómo prevenir futuras estafas: checklist

Las ciberestafas evolucionan, pero la prevención inteligente reduce drásticamente el riesgo. Desconfía de chollos imposibles, urgencias artificiales y solicitudes de pago por vías inusuales. Comprueba el dominio del sitio (errores ortográficos, subdominios raros, falta de información legal) y busca reseñas externas. En compraventas entre particulares, usa métodos con protección al comprador y evita adelantos sin garantías. Nunca compartas códigos de verificación ni claves de un solo uso: ningún banco o plataforma seria los pedirá por chat o llamada inesperada.

Aprovecha herramientas como gestores de contraseñas y bloqueadores de rastreadores. Separa correos para compras, banca y comunicaciones personales; así limitas el daño si una cuenta se compromete. Antes de invertir en supuestas oportunidades financieras, verifica licencias y evita promesas de rentabilidades fijas. En redes, desconfía de perfiles “recién creados” o con actividad incoherente. Si conversas con vendedores, solicita video o llamada, prueba de existencia del producto y referencias.

Checklist rápido:

  • Verifica identidad y reputación del vendedor.
  • Usa pagos con protección y evita transferencias directas.
  • Comprueba políticas y datos legales visibles.
  • Activa 2FA y monitoriza alertas bancarias.

La prevención no es paranoia, es método. Con hábitos sólidos y herramientas adecuadas, podrás detectar señales de alerta y cortar el fraude antes de que sea tarde.

Si eres empresa o autónomo: pasos extra

Para empresas y autónomos, una ciberestafa puede implicar, además de pérdidas económicas, afectación operativa y reputacional. Define un protocolo interno: quién bloquea pagos, quién habla con el banco, quién recopila evidencias y quién gestiona comunicación con clientes. Asegura registros contables y copia forense de correos y chats. Si hay posible brecha de datos de terceros, activa el plan de respuesta y notifica a los afectados cuando proceda, aportando pautas de seguridad y vigilancia.

Revisa pólizas de ciberseguro: algunas cubren asistencia técnica, recuperación y gastos legales. Si el fraude afecta a proveedores o a tu marketplace, coordina una comunicación clara para minimizar malentendidos. En la parte técnica, evalúa accesos privilegiados, rota claves de API, renueva certificados y audita integraciones. Un informe interno con análisis de causa raíz (cómo entró el fraude, qué controles fallaron) permitirá implementar medidas correctivas y evitar reincidencias.

Acciones clave:

  • Activar protocolo de respuesta y roles claros.
  • Notificar a banco, clientes y proveedores según corresponda.
  • Auditar accesos, APIs y credenciales.
  • Evaluar cobertura de ciberseguro y asistencia legal.

Documentar el incidente y las lecciones aprendidas es una inversión. A partir de ahí, implanta formación para el equipo (phishing, ingeniería social) y pruebas periódicas de seguridad para fortalecer la resiliencia.

Modelos útiles de reclamación y denuncia

Contar con modelos te ahorra tiempo y asegura que incluyes lo esencial. Adapta siempre los datos a tu caso y conserva el tono formal, claro y preciso. Abajo tienes ejemplos concisos que puedes copiar y completar con tus evidencias. Recuerda adjuntar un índice de documentos y numerar las pruebas.

Modelo de reclamación al banco (contracargo):

Yo, [Nombre y DNI], solicito el contracargo del cargo [importe] realizado el [fecha] en [comercio/plataforma], ID de transacción [ID], por tratarse de una operación fraudulenta/servicio no recibido. Adjunto cronología de los hechos, comunicaciones y pruebas (P1–P10). Ruego confirmar apertura de expediente y próximos pasos.

Modelo de disputa en plataforma:

Compré [producto/servicio] al vendedor [perfil/enlace] por [importe] el [fecha]. No he recibido lo adquirido / no coincide con lo ofertado. Solicito reembolso íntegro y retirada del anuncio por indicios de fraude. Adjunto capturas y comprobantes (P1–P8) y quedo a disposición para aportar más información.

Modelo de denuncia breve:

Exposición de hechos: el [fecha], a través de [web/app/perfil], el denunciado me ofreció [descripción]. Tras pagar [importe] por [medio], no recibí lo prometido y bloquearon el contacto. Aporto datos del perfil, ID de pago, capturas y cronología. Solicito diligencias para la investigación y protección de mis derechos.

Ajusta estos modelos a tu realidad, añade detalles concretos y conserva el lenguaje respetuoso. Un escrito bien armado facilita la evaluación y acelera las respuestas.

Preguntas frecuentes

¿Qué hago si di mis claves bancarias? Cambia inmediatamente la contraseña, activa 2FA y contacta con tu banco para bloquear accesos y tarjetas. Revisa movimientos y activa alertas de operaciones. Documenta todo para posibles reclamaciones y denuncia.

¿Puedo recuperar el dinero de una transferencia? No siempre, pero la rapidez ayuda: informa al banco de forma urgente para intentar el retroceso o bloqueo en destino. Aporta el justificante y los datos del receptor. Si no se logra, presenta reclamación formal y denuncia para dejar constancia.

¿Sirven las capturas como prueba? Sí, especialmente si incluyen fechas, perfiles y URLs. Complementa con exportes de chats y correos con metadatos. Cuanto más íntegra y ordenada sea la evidencia, mayor fuerza probatoria tendrá.

¿Debo seguir hablando con el estafador? No. Cortar el contacto evita nuevas tácticas de ingeniería social. Conserva el historial, pero no compartas más datos y no intentes “negociar” reembolsos por vías no oficiales.

¿Cuándo denunciar? Lo antes posible. Presentar denuncia no impide reclamar en banco o plataforma; al contrario, refuerza tu posición y puede desbloquear actuaciones adicionales contra los responsables.

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