Cómo Poner una Demanda por Estafa

Cómo Poner una Demanda por Estafa

Publicado el 22 de julio de 2025


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Qué es una estafa y cuándo procede la demanda

Antes de poner una demanda por estafa conviene comprender qué se considera legalmente “estafa” y en qué supuestos procede acudir a los tribunales. En términos generales, se configura cuando alguien induce a error a otra persona mediante engaño suficiente para obtener un beneficio económico ilícito y ocasionar un perjuicio patrimonial a la víctima. Este engaño no es una simple mentira inocua: debe ser relevante, apto para convencer a una persona media, y determinante para que la víctima entregue dinero, bienes o asuma obligaciones en su perjuicio. Por ejemplo, vender un producto inexistente, ocultar datos esenciales de una inversión o simular identidades para lograr transferencias son escenarios típicos.

No todo conflicto económico es estafa. Muchas controversias nacen de incumplimientos contractuales sin intención inicial de defraudar. La clave está en la intencionalidad y el engaño antecedente: si la otra parte nunca pensó cumplir y utilizó artificios para convencerte, estaríamos ante un supuesto de estafa; si hubo voluntad, pero el proyecto fracasó por causas ajenas, podría tratarse de un incumplimiento civil. Por ello, antes de presentar tu demanda por estafa, conviene evaluar cronología, comunicaciones, promesas y actos que demuestren el plan defraudatorio.

Si te prometieron rendimientos garantizados imposibles, te presionaron a decidir con urgencia, cambiaron condiciones tras recibir el pago o bloquearon toda posibilidad de verificación, son señales de alerta. También lo son la inexistencia de domicilio real, el uso de identidades falsas, empresas pantalla o contratos contradictorios. En la práctica, muchas víctimas dudan entre denunciar por la vía penal o reclamar por la vía civil. Ambas vías pueden coexistir, pero conviene trazar una estrategia para optimizar tiempos y probabilidades de recuperar el dinero. En las siguientes secciones verás qué pruebas necesitas, cómo elegir la vía adecuada y los pasos concretos para poner una demanda por estafa con solidez jurídica y enfoque práctico.

Idea clave: La estafa exige engaño previo y ánimo de lucro; un mero incumplimiento sin engaño suele ser un asunto civil.

Reunir pruebas y documentos imprescindibles

La fortaleza de una demanda por estafa depende, en gran medida, de las pruebas. Antes de iniciar acciones, organiza todo el material de forma cronológica y verificable. Empieza por recopilar contratos, presupuestos, facturas proforma y recibos. Añade transferencias bancarias, justificantes de pago con tarjeta, extractos y cualquier documento que demuestre el flujo de dinero. Reúne la comunicación completa con la parte contraria: correos, mensajes de WhatsApp o SMS, chats en plataformas, audios y cartas. Es fundamental que las capturas de pantalla sean íntegras, con fecha y hora visibles, y que puedas aportar, si es posible, los archivos originales para evitar dudas sobre su autenticidad.

Incluye elementos de identificación del presunto estafador: nombre o alias, teléfonos, direcciones, páginas web, perfiles sociales, dominios y, si los tienes, números de cuenta o pasarelas de pago usadas. Si hubo reuniones físicas, recoge ubicaciones, datos de testigos y fotografías. Si el engaño fue a través de una plataforma en línea, guarda términos y condiciones, comprobantes de registro y cualquier intercambio con su soporte técnico. Si sospechas de suplantación de identidad, anota número de incidencias y comunicaciones con tu banco o proveedor de pagos.

Estructura la carpeta probatoria con un índice: “Contratos”, “Pagos”, “Comunicaciones”, “Identificación”, “Publicidad/Ofertas” y “Hechos cronológicos”. Este orden facilitará al abogado y al juzgado entender el caso. Si temes pérdida de datos, realiza copias en la nube y en un dispositivo externo. También puedes solicitar a entidades bancarias certificaciones de movimientos y a operadores telefónicos listados de llamadas o mensajes. Documentar el daño es igual de importante: calcula el perjuicio (importe entregado, gastos asociados, lucro cesante si procede) y conserva presupuestos de reparación o peritajes. Una prueba sólida transformará tu demanda por estafa en un relato verificable, coherente y convincente.

  • Contratos y justificantes de pago completos y legibles.
  • Mensajes y correos con metadatos (fecha, hora, remitente).
  • Identificación del presunto autor y trazas digitales.
  • Índice cronológico y copias de seguridad.

Vía penal vs. civil: cómo elegir

A la hora de reaccionar ante un fraude, surgen dos caminos principales: la vía penal (denuncia o querella por estafa) y la vía civil (demanda de responsabilidad contractual o extracontractual). La elección depende del tipo de hechos, la claridad del engaño y tus objetivos. La vía penal busca perseguir el delito y sancionar al autor; además, puedes ejercitar la responsabilidad civil dentro del proceso para reclamar la devolución del dinero y los daños. Sin embargo, exige acreditar el engaño antecedente y el ánimo de lucro. La vía civil, por su parte, se centra en el incumplimiento de obligaciones y la indemnización de perjuicios; no requiere probar delito, pero sí el contrato, el incumplimiento y el daño.

Si tu caso presenta indicios claros de manipulación, promesas imposibles, identidades falsas o artificios para lograr el pago, la ruta penal cobra fuerza. Cuando la controversia es esencialmente un incumplimiento (retrasos, fallos técnicos, mala calidad), la vía civil puede ser más adecuada. Ambas vías no son excluyentes: en ocasiones se inicia la penal y, en paralelo o más adelante, se articula la civil para recuperar el dinero con mayor agilidad, según las circunstancias. También debes considerar tiempos y recursos: la vía penal puede implicar investigación policial y diligencias que tardan, mientras que la civil puede enfocarse en la reparación económica con un estándar probatorio distinto.

Consulta con un abogado penalista o civilista para valorar la estrategia. Si existen riesgos de insolvencia del autor, conviene explorar medidas cautelares (embargos preventivos, bloqueo de fondos) que suelen tramitarse en sede civil, aunque también son posibles en la penal. Elegir bien te permitirá interponer una demanda por estafa o una reclamación civil con mayores probabilidades de éxito y recuperación efectiva de tu patrimonio.

Regla práctica: Engaño planificado y lucro ilícito → penal; incumplimiento sin engaño → civil; en casos mixtos, evalúa combinar.

Pasos para poner una demanda por estafa

Poner una demanda por estafa requiere método. Primero, realiza una evaluación inicial de los hechos: identifica el engaño, la cronología, los pagos y el daño. Segundo, reúne la prueba como se indicó: contratos, comunicaciones y justificantes. Tercero, decide la vía (penal, civil o ambas) en función del engaño y de tus objetivos. Cuarto, acude a un abogado para perfilar la estrategia, valorar medidas cautelares y evitar errores formales.

Si optas por la vía penal, puedes denunciar ante la policía, guardia civil o juzgado de guardia, o interponer una querella con abogado y procurador cuando proceda, ampliando los hechos, la identificación del autor y la reclamación de responsabilidad civil. Si optas por la vía civil, tu abogado redactará la demanda detallando el contrato, el engaño o el incumplimiento, el nexo causal y el daño, con petición de indemnización y, si procede, medidas cautelares para asegurar el cobro.

Como pasos complementarios, avisa a tu banco o a la plataforma de pago para bloquear o revertir operaciones si aún es posible. Notifica a plataformas, marketplaces o redes sociales para documentar el fraude y evitar que continúe. Considera una reclamación previa por burofax exigiendo la devolución, pues a veces facilita acuerdos rápidos o, al menos, fija pruebas de tu oposición. Finalmente, presenta tu demanda por estafa con toda la documentación ordenada y una estimación clara del perjuicio. Mantén copias y un calendario de actuaciones para seguir el caso de manera informada.

  • Evalúa hechos y define la vía (penal/civil).
  • Prepara pruebas y calcula el daño.
  • Redacción por abogado y solicitud de medidas cautelares.
  • Presentación ante juzgado/autoridad competente y seguimiento.

Plazos de prescripción y cuándo empiezan a contar

El tiempo es un factor crítico. Aunque los plazos concretos dependen del tipo de acción y del orden jurisdiccional, la regla práctica es actuar cuanto antes. En la vía penal, la prescripción del delito varía según la gravedad de la pena prevista; en la vía civil, el plazo para reclamar daños o incumplimientos se vincula a la relación contractual o extracontractual. En ambos casos, cuanto más te demores, mayores son los riesgos: pérdida de pruebas, domicilios cambiados, insolvencia sobrevenida o imposibilidad de recuperar fondos.

Para determinar el inicio del cómputo, revisa la fecha del último hecho relevante: el pago efectuado, la entrega del bien inexistente, la negativa expresa a devolver el dinero, o el momento en que razonablemente conociste el engaño. En fraudes continuados o prolongados, el plazo puede empezar con la última operación o la última actuación defraudatoria. Es muy importante interrumpir la prescripción con actuaciones documentadas, como una reclamación fehaciente (burofax con certificación de contenido y acuse de recibo) o la presentación de una denuncia o demanda por estafa ante el juzgado competente.

Consulta los plazos concretos aplicables a tu caso con un profesional, pues existen supuestos especiales (consumo, servicios financieros, inversiones) y normativas sectoriales que modifican u ordenan plazos de ejercicio. Establecer una línea temporal clara y actuar con diligencia aumenta la probabilidad de éxito y te protege frente a eventuales excepciones del demandado basadas en prescripción.

Consejo práctico: En cuanto detectes el engaño, redacta y envía un burofax reclamando la devolución; guarda el justificante para acreditar la interrupción del plazo.

Competencia y jurisdicción: dónde presentar la acción

Elegir el órgano adecuado evita dilaciones. En penal, la competencia suele corresponder al juzgado del lugar donde se consumó la estafa (por ejemplo, donde se efectuó el pago o se produjo el perjuicio patrimonial). Si el fraude se articuló en varios lugares o por medios telemáticos, se valoran circunstancias como la residencia de la víctima, la sede de la empresa o la localización de los efectos delictivos. En casos de ciberestafas, es habitual que la investigación coordine diligencias entre distintas demarcaciones.

En la vía civil, la competencia se rige por las reglas del domicilio del demandado y, en su caso, por las cláusulas de sumisión expresa del contrato. Si eres consumidor, pueden existir fueros protectores que te permitan demandar en tu domicilio. Revisa también las cláusulas abusivas de jurisdicción: si limitan injustificadamente tu derecho a reclamar, podrían impugnarse. En operaciones internacionales, entran en juego normas de derecho internacional privado y reglamentos europeos sobre competencia y reconocimiento de resoluciones.

Un buen análisis de competencia evita que el demandado prospere con excepciones procesales que retrasen el fondo del asunto. Tu abogado verificará el fuero aplicable, la cuantía y el tipo de procedimiento (monitorio, ordinario, verbal), así como la posibilidad de solicitar medidas cautelares. Para una demanda por estafa compleja con múltiples actores, conviene diagramar la arquitectura del caso (personas físicas, sociedades pantalla, cuentas receptoras) para decidir dónde anclar el procedimiento con mayor eficacia.

  • Penal: lugar de consumación del perjuicio.
  • Civil: domicilio del demandado o fuero del consumidor.
  • Internacional: reglas UE y convenios aplicables.

Cómo redactar la demanda: estructura y contenido

La redacción es determinante para que tu demanda por estafa sea clara y persuasiva. Una estructura habitual incluye: encabezamiento (identificación de partes, órgano judicial y tipo de acción); hechos (cronología detallada del engaño, comunicaciones, pagos y consecuencias); fundamentos jurídicos (tipificación penal o responsabilidades civiles, competencia, legitimación y cuantía); y suplico (petición concreta: condena, devolución de importes, intereses, costas y medidas cautelares). Adjunta un índice de documentos numerado que referencies en el relato para facilitar la lectura judicial.

Usa un lenguaje preciso y ordenado. Evita adjetivos innecesarios; prioriza hechos verificables y citas explícitas a documentos: “Según transferencia del 12/03 (Doc. 4), el actor ingresó 4.850 € en la cuenta facilitada por el demandado”. Señala el engaño antecedente con ejemplos claros (publicidad irreal, identidades falsas, promesas imposibles) y enlázalo con la decisión de pagar. En la cuantificación del daño, desglosa principal, gastos y, si procede, lucro cesante. Solicita intereses desde el pago o la reclamación fehaciente, y medidas cautelares si hay riesgo de ocultación de bienes.

Acompaña la demanda con poder apud acta o poder para pleitos cuando haga falta, y firma de abogado y procurador según cuantía y procedimiento. En la vía penal, si presentas querella, identifica de forma precisa a los presuntos autores y su participación, e incluye la reclamación civil derivada del delito. Un escrito bien armado no solo convence: también ordena el caso para la fase probatoria, reduciendo incidencias y aumentando la probabilidad de recuperación efectiva.

Plantilla mínima: Encabezamiento → Hechos → Fundamentos → Petición → Documentos → Medidas cautelares (si procede).

Costes, tasas y asistencia jurídica gratuita

Al planificar una demanda por estafa, calcula con realismo los costes. Considera honorarios de abogado y, en su caso, procurador. En procedimientos civiles pueden existir tasas para personas jurídicas, y gastos como burofaxes, certificaciones bancarias o peritajes. En la vía penal, los costes pueden variar según la complejidad de la investigación, la necesidad de informes técnicos o la práctica de diligencias. Si tu situación económica lo justifica, valora solicitar asistencia jurídica gratuita, que puede cubrir defensa letrada y representación procesal, así como reducciones de ciertos gastos procesales, dependiendo de la normativa aplicable y tu nivel de ingresos.

Los honorarios profesionales suelen presupuestarse en función de la cuantía reclamada, la complejidad probatoria y el número de escritos y vistas previstos. Pide un presupuesto por escrito que detalle alcance (demanda, medidas cautelares, recursos, vistas) y condiciones de pago. Algunos despachos contemplan honorarios fijos más un porcentaje de éxito para alinear intereses, especialmente cuando el objetivo principal es recuperar dinero.

No subestimes el valor de los peritajes en casos de inversiones, criptoactivos, tecnología o arte, donde acreditar el engaño o el daño requiere conocimiento técnico. Integra estos gastos en tu plan de recuperación. También contempla el riesgo de costas si tu demanda no prospera en civil, o si la resolución penal no aprecia delito; por eso es esencial una evaluación inicial honesta de la viabilidad. Con una proyección de costes y un esquema de financiación transparente, podrás perseguir la acción con seguridad y sin sorpresas.

  • Presupuesto por escrito con alcance definido.
  • Valoración de asistencia jurídica gratuita.
  • Previsión de peritajes y posibles costas.

Qué esperar del proceso: fases y tiempos

Tras presentar tu demanda por estafa, el procedimiento avanza por fases. En penal, puede iniciarse una investigación con diligencias de la policía judicial: toma de declaración, requerimientos a bancos y plataformas, identificación de IPs o análisis de dispositivos. El juzgado valorará si existen indicios suficientes para continuar, adoptar medidas cautelares y, en su caso, abrir juicio oral. En civil, el juzgado admitirá la demanda, la trasladará a la parte demandada para contestación y señalará, según el tipo de procedimiento, una audiencia previa y un juicio con práctica de prueba.

En ambas vías, la prueba es el eje: declaraciones, testificales, documentos, periciales y oficios a entidades. Los tiempos dependen de la carga de trabajo del juzgado, la complejidad y la cooperación de terceros para entregar información. Aunque la duración puede extenderse, una estrategia procesal activa (solicitar agilización de oficios, proponer pruebas pertinentes, preparar testigos) mejora el ritmo. Mantén comunicación fluida con tu abogado para entender hitos, riesgos y opciones de acuerdo.

Es posible alcanzar acuerdos en cualquier fase, especialmente si el demandado busca minimizar responsabilidad penal o evitar una condena civil con costas. Un acuerdo bien redactado debe prever plazos, garantías de pago y consecuencias de incumplimiento. Una vez recaída sentencia o auto, evalúa vías de ejecución: embargos de cuentas, salarios o bienes, y localización de activos. El objetivo último es convertir la resolución en recuperación real. La paciencia informada y la preparación meticulosa marcan la diferencia.

Hitos habituales: admisión → prueba → vista → sentencia → ejecución (y, en su caso, recursos).

Preguntas frecuentes

¿Qué diferencia hay entre denuncia y demanda por estafa? La denuncia inicia investigación penal comunicando los hechos a la autoridad; la demanda (o querella) es un escrito técnico que impulsa el proceso, concreta responsables y puede reclamar la responsabilidad civil. Tu abogado te orientará sobre cuál conviene.

¿Puedo reclamar mi dinero si no hay condena penal? Sí. Aunque no se aprecie delito, puedes reclamar por la vía civil por incumplimiento o responsabilidad extracontractual, siempre que aportes prueba del perjuicio y del nexo con la conducta del demandado.

¿Qué hago si el estafador está en otra ciudad o país? Analiza competencia y cooperación jurídica internacional. En civil, revisa fueros del consumidor. En penal, la investigación puede coordinarse entre demarcaciones. Documentar pagos y trazas digitales es clave para localizar activos.

¿Cuánto tarda el proceso? Depende de la complejidad, la carga de trabajo del juzgado y la colaboración de terceros. Prepárate para varios meses o más; una estrategia probatoria sólida y diligente ayuda a reducir tiempos.

¿Necesito abogado y procurador? En muchos supuestos sí, por exigencias procesales y para maximizar opciones de éxito. Además, podrás valorar asistencia jurídica gratuita si cumples requisitos económicos.

Estas respuestas ofrecen una guía práctica para dar tus primeros pasos con seguridad. Si tu caso presenta particularidades (múltiples afectados, criptoactivos, inversiones complejas o fraude transnacional), consulta de inmediato para adaptar la estrategia y asegurar la recuperación de tu patrimonio.

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